Hay mucho que podemos hacer para salvar el planeta, no solo desde casa, sino también desde la oficina. Te compartimos algunos consejos para que logres un cambio en pos del ambiente.
La acción individual es muy importante ante la crisis que enfrenta el planeta. Para ayudar, debemos replicar los hábitos sustentables que incorporemos en todos los aspectos de nuestra vida. Se trata de tomar conciencia y realizar elecciones responsables.
Por ejemplo, si en casa separamos los residuos, deberíamos hacer lo mismo en la oficina. De paso, tal vez logremos contagiarle a los colegas el interés por el cuidado del ambiente. Aunque parezca difícil, la realidad es que también es posible llevar la sustentabilidad a ese espacio. Estas son algunas ideas para lograrlo.
1. Evitar el uso de plásticos
Muchos productos de este material pasan minutos en nuestras manos y quedan durante años en el ambiente. El problema es tal que cada minuto se arroja el equivalente a un camión de basura lleno de plástico al mar.
En el espacio de trabajo, se pueden evitar las botellas y vasos descartables y reemplazarlos por otros reutilizables. A la hora de comprar comida, se pueden llevar tuppers.
2. Separar los residuos
Es posible que en la oficina ya tengan cestos para reciclables, pero tal vez no cuenten con una compostera. También se pueden hacer botellas de amor con los plásticos que no se reciclan. Solo se debe tomar una botella y llenarla con todos esos envoltorios que, de otra forma, acabarían en el cesto. Todo esto puede parecer complejo, pero en la práctica es más sencillo de lo que parece.
3. Evitar el desperdicio de alimentos
América Latina y el Caribe representa el 20% de la cantidad global de alimentos que se pierden. Esto supone un desperdicio de recursos y emisiones innecesarias de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
La mejor forma de dejar de sumar a ese porcentaje es llevar comida desde casa en un tupper. Así, se pueden guardar los restos y llevarlos a casa para otra comida. Pero si comprás, procurá también reservar lo que sobra para el día siguiente o compartirlo con los compañeros. Si fuiste a comer afuera, pedí lo que no consumas.
4. Hacer un uso eficiente de los recursos
Esto aplica tanto a la energía como al agua. Cuando no es uno el que debe pagar la factura de los servicios, puede perder de vista el gasto que hace, o descuidarlo. Pero por el bien del planeta, es importante evitar el derroche de agua y apagar las luces y aparatos electrónicos cuando los utilicemos, tal como hacemos en casa.
5. Informarse y difundir información
Cuando se piensa en hacer un cambio de hábitos, este es un punto que se suele pasar por alto. No supone un cambio radical, pero es la base de todos los puntos anteriores. En el espacio de la oficina, se pueden organizar charlas con ONG y otras instituciones que promuevan el cuidado del planeta y de la vida que habita en él.
Tal vez implementar todos estos hábitos juntos sea mucho, pero es posible comenzar por alguno de ellos e ir avanzando de a poco hacia un cambio más significativo. Muchas personas pequeñas, con acciones pequeñas, pueden cambiar el mundo; y tal vez, algún día, todas esas pequeñas acciones se vuelvan tan centrales que lleguen a formar parte del propósito de la compañía.